¿NUESTRO ÉXITO? ATENCIÓN PERSONALIZADA REAL Y TRABAJO CONSTANTE CON LAS FAMILIAS
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D. Luis Peña, director del
Colegio San Antonio. |
Habitualmente traemos a colación
a este blog entrevistas a directores de colegios privados y/o concertados que,
entre otras, se caracterizan por una profusión de tecnología en el aula,
grandes instalaciones y centenares (sino millares) de alumnos. Sin
embargo, en ocasiones se hace de la escasez una virtud. Es el caso
del
Colegio San Antonio, en Madrid, y que a pesar de tener sólo una clase por
curso y contar con limitados recursos económicos ha conseguido aupar al Colegio
entre los mejores de la Comunidad de Madrid. En
Singladura queremos escuchar la
opinión de todos los responsables del proceso educativo. Por ello, nos hemos
puesto en contacto con su director, D. Luis Peña, el cual amablemente nos ha atendido a esta entrevista .
El Colegio se ubica en la céntrica vía Bravo Murillo, en las inmediaciones de Cuatro
Caminos. ¿Cómo es el alumnado del centro?
El colegio San Antonio nace como escolanía allá por el año 1948,
procurando dar la formación que entonces se impartía en aulas unitarias a los
niños cantores, evolucionando posteriormente desde un colegio del entonces
llamado Patronato de Suburbios al colegio privado concertado que hoy es, bajo
la titularidad de los religiosos Capuchinos. Ha estado siempre orientado casi
en exclusiva a los niños de la zona circundante, muy especialmente a los hijos
de familias en situación socio-económica y cultural precaria.
A partir de mediados de la década de los 90 se produce la avalancha de
inmigrantes, especialmente al D. M. de Tetuán, y las aulas del colegio S.
Antonio –fiel a su espíritu original- reciben a los niños que llegan
procedentes en su mayoría de países hispanos, en concreto Ecuador.
“Tenemos 171
alumnos, uno hijo de padres españoles y los demás provenientes de los más
distintos rincones del mundo: República Dominicana (46), Filipinas (46),
Ecuador (31), Maruecos (11), Paraguay (11), Rumania (3), China, Camerún… y así
hasta otros 10 países más, convirtiéndose en un fiel reflejo de la sociedad que
nos rodea, sobre todo de la población escolar del Distrito más desfavorecida”.
Contar con sólo
171 niños, hoy día, podría ser clasificado como un “Centro en crisis”, al no
alcanzar la ratio mínima. Sin embargo
vosotros habéis dado “la vuelta al calcetín” y conseguís ofrecer una educación
100% personalizada
No, no es un “centro en crisis”, ni mucho menos, porque hasta el
presente, normalmente no hemos podido
admitir toda la demanda que recibíamos. Pero nuestro centro fue reconocido en
su día como un llamado “centro prioritario” que, dadas las características de su
alumnado y de acuerdo con lo establecido en la legislación vigente, se le podía
permitir una ratio alumnos/aula inferior a la ordinaria y debía dotársele de
los recursos humanos y materiales necesarios para atender de forma apropiada a
esta población escolar. Ni la ratio ni los recursos humanos constituyen, pues,
ningún privilegio, sino una necesidad flagrante amparada por la legislación
autonómica y estatal.
Piénsese el fortísimo choque cultural que sufren estos muchachos, de
tan diversa procedencia, al tratar de incorporarse al sistema educativo español
con su sistema de pensamiento y un código de valores propios. Y que -a veces- se
incorporan al centro ya bien avanzado el curso académico, en niveles no iniciales de etapa y para los
que no tienen los conocimientos requeridos para
su edad en nuestro sistema; además que -con frecuencia- han peregrinado
ya por distintos colegios, lo que supone
un considerable desarraigo. El ambiente
familiar, económico, social y cultural en que se desenvuelven estos niños no es
el más propicio para favorecer un buen clima educativo. La mentalidad acerca de
la educación es
muy distinta en cada cultura. La lengua suele aumentar la dificultad del
aprendizaje y de la inmersión cultural. No son ni más listos ni más torpes que los
demás, pero sus circunstancias les condicionan muy negativamente y dificultan
su proceso de formación en extremo.
Por eso es imprescindible poder atender a estos niños en pequeños
grupos o, incluso de forma muy personalizada mediante la actuación de recursos
humanos suficientes. La labor del Orientador resulta imprescindible. Porque lo
que sí es distintivo del centro es que cada uno de los niños es objetivo
preferente de nuestra atención. Eso nos lleva también a vigilar intensamente la
escolarización de cada alumno al punto de que prácticamente no tenemos
absentismo escolar debido a la presión y el control que ejercemos en este sentido
sobre ellos y sobre todo sobre sus familias. (No siempre se considera en
algunas culturas la importancia de la escolarización de los hijos)
Ese “Brooklyn” madrileño en el
que está el Colegio imagino que impedirá solicitar cuotas “voluntarias”
elevadas a los padres de los menores. ¿Cómo se gestiona económicamente el
centro?
Las enseñanzas curriculares son
totalmente gratuitas, sin ningún tipo de aportación por parte de las familias,
considerando que tiene 25 horas reales de clase a la semana, más las dos horas
y media de recreo. Hay un buen número de actividades extraescolares por las
tardes, fundamentalmente de apoyo académico y también los sábados por la mañana
de tipo lúdico-formativo. En todos los casos estas actividades están impartidas
por Asociaciones sin ánimo de lucro y voluntariado: Institución Teresiana,
Cáritas, Cooperación Social. Así mismo, la formación y mantenimiento de un coro
del colegio, así como otras actividades paraescolares, está patrocinado y financiado por Ayuda en
Acción.
Además, los alumnos están
recibiendo ayudas económicas muy considerables para el comedor, la adquisición
de Libros de Texto e incluso el uniforme escolar, no sólo por parte de la
Administración (que son muy exiguas en cantidad y número) sino especialmente
por parte de Ayuda en Acción y el Club Rotario Madrid-Castilla o la Fraternidad
de religiosos capuchinos, gracias a la gestión laboriosa de la Trabajadora
social. (El número de comensales se ha multiplicado por tres con estas ayudas)
En todo caso, la gestión
general del centro es claramente deficitaria, ya que la llamada “Partida de
Otros gastos” que asigna mensualmente la
Administración a los centros no cubre más de 65% de los gastos reales. Esto
hace que la renovación del mobiliario, las posibles reformas y
mantenimiento de las instalaciones, la
progresiva introducción de las nuevas tecnologías etc. etc. tiene que correr a
cargo de Provincia de Capuchinos de España, que son los titulares del centro en
una clara conciencia de estar llevando a cabo una obra social.
Recientemente la CECE os ha
dado un galardón donde aplaude vuestros notables resultados en pruebas externas
de la CAM. ¿Dónde radica el éxito educativo del Colegio San Antonio?
Dada la precariedad económica del
Centro, las nuevas tecnologías se van introduciendo y utilizando con lentitud.
Por supuesto, somos conscientes de su utilidad; pero en nuestro caso es la
mentalización, la ilusión y la entrega incondicional del Personal del Centro así como la atención personalizada de las necesidades de cada alumno, su
seguimiento, la escolaridad rigurosa y el trabajo constante con las familias lo
que nos permite alcanzar un rendimiento bastante satisfactorio de estos chicos.
Por cierto, de 171 alumnos,
sólo 1 español. ¡Esto sí que es inmersión multicultural en toda regla!
No cabe duda de que es una
verdadera riqueza contar con tal variedad de culturas. Los niños son demasiado
pequeños para plantearse grandes proyectos de intercomunicación de las características
culturales de los distintos países, pero ya es un innegable valor el que ellos
convivan, se relacionen, jueguen y se hagan amigos sin ningún tipo de prejuicio
acerca del país de origen, el color de la piel o las ideologías de sus mayores.
Por nuestra parte, tratamos de destacar en el aula algunos aspectos de
los distintos países pero, sobre todo, favorecer un profundo respeto a todas y
cada de las personas –niños o mayores- sean de la identidad que sean.
¿Cómo es un aula en el Colegio
San Antonio?
El desarrollo de las clases es muy familiar, en un contacto muy
personal entre profesores y alumnos. Procuramos un trabajo muy colaborativo y desarrollar –de acuerdo con la edad- su autoestima, su creatividad y su
competencia de comunicación y del pensamiento lógico. El clima de afectividad y
los principales postulados de la inteligencia emocional en nuestro caso son de
vital importancia.
“Nuestro valor más destacable, es la entrega ilusionada del Personal del centro para conocer a fondo a cada uno de nuestros niños y proporcionarles las orientaciones y los apoyos más adecuados a su formación”.
Una duda, ¿con tantas
nacionalidades distintas, a pesar de la juventud de los alumnos, ha existido
algún atisbo de racismo? En caso afirmativo, ¿Cómo lo ha gestionado el centro?
Puede que resulte extraño, pero
hasta el presente no hemos tenido ningún problema de racismo de cierta
consideración. Alguna muy pequeña incidencia que pueda haber surgido en un momento dado no ha requerido más que
una reflexión por parte del Profesor a los implicados, sin mayor trascendencia.
También es verdad que todo el personal tratamos de mentalizar a los
niños en el respeto mutuo y estamos muy “al quite” del más leve incidente en
este sentido.
Habida cuenta que el Colegio
que usted dirige está entre los mejores de Madrid, ¿Cree que se podrían
“disparar” las peticiones de nuevas matrículas en cursos venideros?
Bueno, es verdad que hemos tenido unos buenos resultados en las pruebas
externas -CDI y LEA. Pero también somos conscientes de que una buena educación
implica más aspectos de la persona del alumno. Y que por supuesto, actualmente, hay muchos y muy buenos colegios en Madrid, con magníficas
instalaciones, con metodología educativa muy moderna y la utilización avanzada
de las nuevas tecnologías, con abundantes Actividades Extraescolares (aunque a
veces resulten costosas), etc. todo lo
cual suele resultar atractivo a los padres, al menos si pueden permitirse el
coste económico que supone.
¿Qué importancia tienen las
familias en vuestro proyecto pedagógico?
En todos los colegios los padres tienen una importancia determinante y
en el San Antonio no puede ser menos, pero aquí exige un tratamiento muy
especial si consideramos las mentalidades y culturas tan distintas y su actitud
–también tan distinta- con respecto a las expectativas educativas de sus hijos.
Ya comenté anteriormente que el Personal del Centro, cada uno a su
nivel, procura mantener el mayor contacto posible con las familias en los
aspectos académicos. Pero, además, tratamos de extender –en lo posible- la buena
convivencia de los niños a unas buenas relaciones de los padres, lo que resulta
una tarea muy ardua: Mantenemos reuniones frecuentes con los padres, aprovechamos
fechas especiales del calendario escolar, tenemos tres o cuatro jornadas
específicamente interculturales con intercambios y manifestaciones
representativas de los distintos países: música, bailes, productos típicos, dulces etc. Se ha creado también un grupo de
animadores-colaboradores más próximos con el colegio.
En la prueba de CDI de 6º de
Primaria, el Colegio hace un curso escolar obtuvo un espectacular
(¡Felicidades!) 9,09 mientras que la media de la CAM se situó en un 6,99. ¿Qué
consejos daría a sus colegas para alcanzar esta excelencia?
Por favor, no soy quien para dar consejos a nadie y menos a los
magníficos profesionales y directivos de tantos excelentes colegios como hay en
Madrid –públicos, privados y concertados-que están proporcionando una excelente
educación a sus alumnos y que me merecen la mayor admiración y respeto. Nos resulta especialmente
gratificante que nuestros alumnos consigan estos buenos resultados, pero de ahí
a considerarnos los mejores o modelo para los demás colegios hay un largo,
larguísimo trecho que ni podemos ni pretendemos recorrer.