Llegó el tan merecido descanso. Un curso escolar marcado por una pandemia, con el ojo puesto –desde las AAPP.- en los brotes y contagios que obligaban a cerrar aulas en caso de positivos por la covid19. Os dejamos durante este mes de agosto la lectura de esta entrevista a Enrique Escandón, director del madrileño Colegio Alameda de Osuna, el cual nos acerca posiciones muy interesantes sobre la importancia de la presencialidad del alumno en el aula y cierra el debate de los deberes de los niños en verano.
Cerramos un curso académico muy muy atípico: el primer año /curso completo en pandemia, donde las medidas de seguridad e higienes han tenido que maximizarse. ¿Cómo valoras de modo general la actuación de la comunidad escolar del centro que tú diriges y -más ampliamente- del sector educativo en general? (cumplimiento uso mascarilla, distanciamiento, cómo controlar casos positivos, etc.)
Los dos últimos cursos han hecho que la comunidad educativa española se replantee si de verdad estábamos preparados para afrontar un cambio de paradigma educativo como el que nos ha llegado con la pandemia. Muchos de los centros demostramos que somos tecnológicamente avanzados, ya que en marzo de 2020 no hubo tiempo para prepararse y tuvimos que demostrar si de verdad el ámbito tecnológico era estructural en nuestros centros o tan sólo un reclamo publicitario.
En septiembre de 2020 tuvimos que afrontar un sistema híbrido online/presencial en previsión de tener aulas mixtas en casa y colegio. Y además nos preocupaba mucho cuidar a nuestros alumnos y profesores… y pusimos todo de nuestra parte: entradas y salidas escalonadas, nuevos espacios y horarios, toma de temperatura, mascarillas, geles hidroalcohólicos y ventilación cruzada permanente. No obstante, hemos sido el único colegio que ha realizado pruebas pcr-salival a los alumnos y profesores de Educación Primaria, E.S.O. y Bachillerato desde diciembre dos veces por semana, con el fin de -además- cuidar de nuestras familias, ya que la inmensa mayoría de los positivos han sido asintomáticos en estas edades.
Ha sido un año intenso, donde además todos los colegios hemos tenido que afrontar periodos sin la plantilla completa por tener miembros del claustro en casa, pero es cierto que hay que agradecer que una vez pasado el primer trimestre, todas las piezas ncajaron y funcionó todo dejando un curso terminado con muy buenos resultados. Eso sí, desde luego con la ayuda de familias, alumnos, profesores, limpieza, administración… un curso donde toda la comunidad educativa ha ayudado a que funcionara todo, y desde luego mirando siempre que lo importante era el bien común.
Por cierto, y al hilo de la pandemia en los colegios, hemos visto cómo se han “rediseñado” los colegios para cumplir con medidas de distanciamiento, etc. ¿Cómo han cambiado las aulas? ¿Crees que ha evolucionado la forma de aprendizaje, donde ya no sólo se enseña en el aula sino también en otros espacios, como patios, jardines, bibliotecas, la calle misma, etc.?
Desde hace años en nuestros proyecto educativo están contempladas las aulas temáticas, donde desde primaria hasta secundaria, los alumnos se desplazan para asistir a una zona tematizada en el área que van a trabajar. Eso nos ha ayudado a tener espacios comunes que ya estaban diseñados para ello y la adaptación ha sido sencilla. Tal vez lo más costoso, ha sido no poder movernos entre horas de un aula a un laboratorio, o a la pradera del jardín o a cualquier espacio habitual, ya que con el protocolo covid, los espacios compartidos se han restringido al máximo.
Ha sido un año donde el tradicional enfoque clásico del profesor explicando y el alumno sentado ha tenido que volver, de hecho los alumnos nos decían que prefieren un aprendizaje activo por descubrimiento como trabajamos en el colegio, aunque han entendido que este curso tenía que ser así.
Ahora que hemos comprobado cómo el teletrabajo deja de ser una utopía y podemos ser más eficientes trabajando desde casa que desde la oficina, ¿cómo podría llegar a darse un formato de educación semipresencial para primaria y secundaria?
Se ha visto cómo los colegios que han tenido a los adolescentes en casa en formato semipresencial han tenido peor rendimiento y más problemas emocionales con ellos, donde además el seguimiento se veía complicado ya que muchos de ellos estaban solos en casa mientras sus padres trabajaban. De hecho para este curso la gran mayoría de los centros apuestan por la presencialidad al 100% tras la experiencia de este curso.
En nuestros centros apostamos desde el minuto uno por la presencialidad en todas las etapas, ya que la conciliación con la vida familiar y la calidad educativa del alumno era prioritaria. Por lo que respondiendo a tu pregunta, no, no creo que este formato online pueda funcionar de forma permanente, precisamente porque lo importante de lo que se aprende en el aula no está en los libros, sino en el fenómeno de aprendizaje social que se realiza en la escuela, donde los alumnos interaccionan, el maestro observa y guía y en el recreo puedes orientar a alumnos que necesitan una mano amiga. Eso en casa a través de una pantalla es muy complejo, porque no se transmite igual, ni se pueden tener en cuenta aspectos que no se perciben. Educativamente hablando se pierde mucha información.
Vayamos con la EvAU. El centro que diriges, Colegio Alameda de Osuna, ha obtenido una media de corte en las pruebas de EvAU realmente sorprendentes. El 97% de los alumnos matriculados ha superado la EvAU con una nota media superior los últimos años de 8 sobre 10. ¿Cuáles han sido las claves sobre las que se incide para lograr esta tasa de éxito?
En el Colegio Alameda de Osuna es sinónimo de calidad educativa presentar más del 95%de nuestros alumnos matriculados a la EVAU. Ya sé que no es habitual, ya que lo normal es que los colegios presenten al 60 o 70% de los matriculados teniendo siempre un 100% de aprobados, pero en nuestro caso el modelo pedagógico nos permite abrir ese abanico a todos los alumnos y con unos resultados francamente buenos, tanto en bachillerato nacional como en diploma de bachillerato internacional.
Las claves, un equipo de profesores implicado y profesional, familias comprometidas que apoyan al centro y un modelo pedagógico adaptado a las necesidades de cada plan de estudios, bien sea el bachillerato LOMCE o el Diploma de IB.
Una reflexión en voz alta. Al margen de determinadas profesiones para las cuales se exige una formación concreta (medicina, derecho), hoy la mayoría de los responsables de RRHH buscan perfiles de alumnos universitarios (o bien con estudios de ciclo de segundo grado de FP) con independencia de lo que hayan estudiado y valorándose más aún la capacidad para resolver conflictos que un curriculum académico brillante. Con las tasas de paro juvenil disparadas, ¿estamos preparando adecuadamente a los jóvenes para la realidad empresarial que les espera?
Actualmente los perfiles híbridos profesionales hacen que no sea tan necesario tener una especialización en un tema, sino tener conocimientos en varias áreas que seguramente no viste en tu formación y además dominar determinadas disciplinas como hablar en público, tener pensamiento crítico, saber solucionar problemas… que no siempre el modelo educativo resuelve satisfactoriamente en el periodo formativo del alumno.
La vida profesional ya no va de tener un título, a la vista está que tenemos miles de licenciados / graduados en paro porque el modelo educativo no siempre prepara para lo que la sociedad necesita. Creo que es un buen momento para reflexionar qué futuro les estamos dando a nuestros jóvenes cuando les formamos para unas necesidades que no van a poder cubrir, porque el mundo profesional está cambiando muy deprisa.
Creo que una adecuada elección de Colegio/Universidad en estos momentos es crucial, porque el mundo educativo ha tomado tal distancia entre la generación de padres e hijos
que es difícil de comprender a veces, y sobre todo porque las expectativas profesionales que fueron cubiertas con nuestra formación a nuestra generación, no están siendo cubiertas ahora, por lo que normalmente los padres no podrán extrapolar el razonamiento de elección de estudios que hicieron ellos, si quieren tener éxito profesional sus hijos. Pero esto es difícil de expresar y sobre todo de ver cuando el cambio tecnológico está llegando de forma vertiginosa y gran parte de la sociedad aún no es consciente.
Por cierto, ¿qué les diría a aquellos estudiantes que la EvAU les ha dejado a las puertas de sus estudios universitarios soñados y han tenido que escoger otra opción?
Sobre todo que elijan una opción con futuro y que les guste, porque van a tener que dedicarle muchas horas de estudio, donde además tendrán que ser profesionales desde el principio, y si no les gusta puede llegar a ser frustrante. No pasa nada si no acertamos a la primera, de los errores se aprende y se descartan opciones, lo importante es aprender y tratar de no equivocarnos de nuevo.
Hoy tenemos cada año más de 20 nuevas titulaciones en nuestras universidades, esas son siempre magníficas opciones, porque no hay ninguna promoción en el mercado laboral.
Hace unos meses entrevistamos en Singladura a Sonia Díez quien afirmaba la preocupación de los padres por las calificaciones. ¿Vivimos en una sociedad donde se le da más importancia a una nota (cuanto más alta mejor) o perseguimos que los niños aprendan habilidades que les permita desarrollarse como personas en la sociedad?
Lo primero desde aquí un saludo a Sonia Díez, que está haciendo un magnífico trabajo en sus colegios. Desde luego el factor nota es importantísimo en determinadas etapas, no en vano en la Comunidad de Madrid tenemos un bachillerato público de excelencia que sólo coge alumnos con una nota superior a ocho para hacer bachillerato en sus centros, donde las plazas son muy limitadas y el profesorado muy escogido por méritos profesionales.
Para entrar en la carrera que quieres tienes que tener una nota, para aprobar una oposición también, por lo que la nota es importante.
Pero una vez dicho esto, quiero matizar que en determinadas etapas es una premisa errónea, porque lo prioritario es el aprendizaje, y no la nota. Lo fundamental es la forma de procesar la experiencia de aprendizaje del alumno y cómo es capaz de aplicarlo en sus problemas cercanos, por eso a veces PISA nos dice que nuestros alumnos memorizan bien y razonan mal. Les acostumbramos a sacar una nota, a hacer un sprint de los últimos cuarenta metros estudiando para un examen, que luego a la semana han reseteado de la memoria y no serían capaces de volver a realizarlo. Al final si queremos un aprendizaje útil no es lo único importante el contenido, sino saberlo aplicar.
Además, hay muchos aspectos en la escuela muy importantes que no están en los libros de texto, como son el desarrollo de la inteligencia emocional , la oratoria, las habilidades sociales, el pensamiento divergente y tantas soft skills que no pueden ser evaluados en un formato tradicional y donde la notas es irrelevante, porque o se sabe usar en el momento adecuado o no se sabe.
Que un alumno pueda pasar de curso con asignaturas suspensas, ¿no sería un agravio para todos aquellos compañeros que sí se han esforzado y han pasado de curso por méritos propios?
Por suerte en Madrid la LOMLOE este curso no han entrado los criterios de evaluación aún. En las comunidades autónomas que se han implantado a final de curso, ha supuesto más que nada un alivio para el profesor que en la junta de evaluación tenía la tesitura de tener que poner un insuficiente a un alumno porque no había cubierto los objetivos mínimos, o verse con la necesidad de aprobarle porque por una asignatura no iba a dejarle sin ir a la EVAU/EBAU. De este modo ha ido a la EVAU/EBAU con uno o dos suspensos y ha sido el alumno el que con sus herramientas ha realizado el examen.
El problema va a ser el curso próximo cuando el alumno sepa qué pasa con dos suspensos, ¿crees que se esforzará de igual modo?
Algunos colegios (públicos) están empezando a abandonar el bilingüismo (su bandera desde hace años) porque, según ellos, “ni aprenden inglés ni matemáticas (o la asignatura en cuestión)”. ¿Qué plan pedagógico debe llevar a cabo un colegio para que los niños aprendan inglés y matemáticas: junto o por separado?
En nuestros centros hay un proyecto pedagógico basado en el aprendizaje de inglés, francés y castellano desde los dos años, donde se aprende inglés y castellano de forma vehicular durante la jornada escolar a diario a partes iguales. Además nuestros alumnos se certifican en pruebas internacionales con el Trinity College de Londres, OTE de Oxford y las pruebas de Cambridge Exams.
La calidad del profesorado de idiomas es fundamental, la ratio alumno/profesor, el modelo pedagógico que sea motivador y se base en aprendizaje activo del alumno, tener en cuenta los conocimientos que la neurociencia nos aporta sobre el cerebro del niño de cara a realizar horarios, uso de espacios, actividades de aula etc… pero teniendo un modelo claro de aprendizaje, planificado a lo largo de las diferentes etapas y con un plan estratégico que haga que los alumnos certifiquen internacionalmente los idiomas en cada etapa.
Y otro “clásico” del verano. ¿Los niños deben seguir haciendo tareas durante los meses de verano o es preferible desconectar?
Pues te soy sincero, si un alumno ha terminado el curso con buenas notas, ¿no será mejor que dedique el tiempo a realizar otras actividades, practicar hobbies, jugar a deportes… que creo que harán que el nuevo curso sea mucho más llevadero para el alumno?
Te lo planteo de forma adulta, ¿te gusta llevarte trabajo para hacer cuando estás de vacaciones en la playa?