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En Singladura somos especialistas en Educación desde hace 25 años. Hemos amueblado completamente centenares de colegios por toda España; hemos asistido a grandes revoluciones educativas dentro del aula, como el uso de PDI y más recientemente la incorporación de novedosas tecnologías como Realidad Aumentada y/o Virtual por parte de algunos de los mejores docentes. La OCDE, a través de su informe PISA, nos sirve otro dato más para el análisis; una variable que -en cierto modo- no debería sorprendernos por su lógico resultado; aunque sí nos llama la atención cómo, a sabiendas de su injerencia en el éxito educativo, no está plenamente integrado. Hablamos de una acción tan común como la lectura, y su relación directa en el éxito educativo de los alumnos. Y, además, la OCDE va más allá y cifra la cantidad de libros que debería haber en una casa. ¿Quieres saber cuántos?
Si pensamos en cómo es la casa de una persona «letrada», culta…muy probablemente la imaginemos llena de -al menos- dos objetos: libros y música. Son, en definitiva, productos que nos mostrarán la capacidad intelectual. Son -también- una manera de significar un estatus y un amor por la sabiduría. Una buena librería -por la cantidad y calidad- de sus volúmenes, al margen de ser un bonito elemento decorativo, nos habla de cómo es la familia que vive en ese hogar, denota un gusto por la cultura. Y en este sentido es donde la OCDE ha querido establecer la línea respecto a la cantidad de libros que debería haber en una casa para lograr una mayor tasa de éxito académico.

Así, el último informe PISA pone de relieve que los jóvenes de 15 años que viven en casas con menos de 11 libros consiguieron -de media- 423 puntos. En el otro extremo de la balanza, aquellos que viven en casas con -al menos- medio millar de libros alcanzaron la cifra de 540 puntos. cabe recordar que -para los informes PISA- cada 40 puntos equivalen a un año académico; lo cual se traduce que estos 117 puntos entre los niños que apenas tienen una decena de libros frente a aquellos con más de 500 libros en sus casas equivalen a unos -teóricos- 3 años de diferencia.
Sin ser alarmistas hay que tener en cuenta una serie de datos: por un lado el porcentaje de viviendas donde sólo hay 10 libros es el 10%; casas con más de 500 libros sólo representan el 8% .
Géneros literarios
Por supuesto no es lo mismo tener 100 libros de diversos géneros literarios, literatura contemporánea, clásica y best sellers que tener 95 libros de TinTin (sin desmerecer la obra de Hergé y su extraordinaria influencia en los hábitos lectores de los más pequeños). PISA nos indica que los niños españoles que tienen entre sus estanterías libros de literatura clásica alcanzan los 512 puntos.
Y como no todo se circunscribe a la lectura, la puntuación de los niños en PISA puede variar si además cultivan otras áreas del saber. Por ejemplo, ¿sabías que los niños que conviven (y usan) al menos 3 instrumentos musicales alcanzan los 518 puntos? En este sentido quizás te interesaría saber que los niños irlandeses antes de los 12 años prácticamente dominan al menos dos instrumentos clásicos de su música folk, como el violín, el bodhrán o el whistle.
De este modo, Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, pone en contexto todos estos datos. Por un lado es obvio que una biblioteca en casa es -como ya nos hemos referido anteriormente- un claro indicador del capital cultural y escolar de la familia que en ella reside. Por otro lado, los niños siempre van a imitar las costumbres/hábitos de sus padres: si los adultos leen, los niños leen. De manera adicional, Fernández señala cómo todo en el proceso cognitivo va hilado; y así los niños que leen más libros también sienten más curiosidad por incrementar su cultura a través de visitas a museos, demuestran más interés por determinados géneros musicales, organizar un turismo más cultural…
No ya sólo desde Singladura, sino reconocidos especialistas en Educación abogan por la importancia de la lectura entre los más pequeños como una llave maestra para asegurar un éxito académico. Quizás un buen punto de partida sería dotar a los colegios de bibliotecas de referencia donde los alumnos puedan encontrar todos aquellos contenidos que les satisfagan, habida cuenta además de la relación directa entre su uso y los resultados académicos de ellos.
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