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En el sprint final del curso 2017/18 una de las tareas que deberán afrontar los equipos directivos es “montar” el nuevo equipo docente que se encargue de impartir clases dentro de -apenas- 3 meses. Uno de los motivos mayormente esgrimidos es la cantidad de alumnos que se decantan por una u otra asignatura, buscando para ello a los mejores profesionales. En Singladura, poniendo siempre el foco en la Educación así como las mejores prácticas alrededor del mundo docente, nos hemos fijado en los criterios para “elegir” profesores en Canadá. Hay que tener en cuenta que este país figura entre los 10 mejores del mundo según PISA.

Canadá, en el top ten según PISA. ¿Cuál es su modelo educativo? ¿Cuáles son esas prácticas que les ha situado en el cenit de la docencia? Entre otras cosas, que sus profesores no lo son vía oposiciones. Quien quiera ser maestro tiene que dar una clase ante un comité de expertos además de solventar una entrevista personal. Aquellos que cumplen estos dos requisitos son contratados y pasan a ser «funcionarios»; aunque vigilados durante dos años por el director, quien revisará su desempeño y -mediante evaluaciones- se estudiará si se ajusta a los estándares de calidad del país. Si supera con éxito este primer examen inicial será nuevamente “examinado” para comprobar su calidad como docente cada lustro; hasta que cumpla los 54 años, edad con la que podrá legalmente jubilarse. Sirva como dato adicional el siguiente: en España el 60% de los profesores de ESO no son evaluados por sus directores en ningún momento (según el informe TALIS); dato éste que dista mucho de países como Singapur, Japón o Corea del Sur (con exitosos sistemas educativos) donde los maestros son evaluados año a año.
Volviendo al principio, los directores -además de elegir al profesorado-, señalan en qué asignaturas –o especialidades- deben estar duchos los aspirantes a maestros. Esta forma de escoger “recursos humanos” recuerda al modelo educativo nipón. En Japón unos consejos de expertos gubernamentales se reúnen con responsables del sistema educativo para limitar la oferta educativa universitaria en función de las necesidades a corto y medio plazo. Así, por ejemplo, cuando el país vivió fuertes seísmos en 2011 necesitaban cubrir muchos más puestos de ingeniería y arquitectura, ofertándose en la Universidad más plazas para estos estudios; casar oferta y demanda…
Pero, ¿por qué son tan “innovadores” los canadienses que les han llevado a estar en la cumbre de la Educación? Ésta es obligatoria hasta los 16 años –al igual que en España- pero hay una serie de diferencias plausibles: Por ejemplo, en Ontario, los estudiante al alcanzar los 14 años ya eligen aquellas asignaturas que les “despierten” un mayor interés, pudiéndose crear su propia “hoja de ruta educativa” además de poder escoger entre 3 niveles académicos distintos (el más bajo orientado a una rápida inserción laboral; el más elevado encaminado a continuar estudios superiores).
Por otro lado, su sistema educativo no se basa en memorizar contenidos, sino en aplicación práctica de lo aprendido. Finalmente, se intenta que los niños perciban ya desde edades tempranas conceptos como la igualdad. ¿Por qué? El 22% de los menores no nacieron en Canadá y el sistema educativo tiene muy presente la importancia de colectivos minoritarios; hasta tal punto se toman este dato en serio que incluso los enunciados de los problemas se redactan en base a las realidades sociales de los alumnos: un claro ejemplo de innovación educativa. Así, y entre otras competencias, el sistema educativo canadiense analiza situaciones tan divergentes como el pensamiento crítico, la capacidad de interactuar con respeto, la empatía, la comprensión de los conflictos mundiales, etc. La relación con los docentes está en un plano distinto al de sus homólogos españoles. Se establece un consenso entre alumnos y profesores respecto a las fechas para entregar un trabajo o poner un examen, por ejemplo. En Canadá los alumnos pueden estar sin problema con el móvil en su mesa; y es éste quien decide si lo tiene que usar para atender una llamada o no. Se trabaja más en reforzar la autonomía e independencia de los menores: que ellos sean quienes decidan qué hacer ante este tipo de eventualidad. Prueba de ello es que a los alumnos se les mide sus hábitos de trabajo, cómo son de responsables, la colaboración en trabajos grupales e iniciativa propia.
Por cierto, los profesores en Canadá ostentan un status social muy elevado, son considerados la elite del país gozando de un gran reconocimiento social; y sus nóminas van en consonancia. El salario medio de un profesor es de más de 52.000 euros al año; un profesor jubilado gana más de 31.000€/año.
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