el (temido) fracaso escolar. Para ello, entrevistábamos a una autoridad en la
materia, a D.
José Ramón Gamo, director General de Escuelas CADE, quien nos expuso
diversos puntos que explicarían por qué (y cuándo) un niño puede llegar a
fracasar en sus estudios. En el polo opuesto: el éxito. ¿Qué factores favorecen
que un alumno obtenga unas notas sobresalientes y –sobre todo- le permita
avanzar en el futuro hacia empleos más estables y mejor remunerados?
Sin el foco puesto en elaborar un mini decálogo sobre qué aspectos pueden favorecer dicho resultado, a priori podemos pensar que elementos externos benignos favorecerán el éxito escolar: familias estructuradas, una correcta alimentación sana y equilibrada, hábitos socio culturales que empujen al estudio (visitar bibliotecas, museos, instigar la curiosidad de los niños, etc).

Sin embargo, pensemos que donde se fragua el conocimiento es en las escuelas. Allí pasan una parte importante del tiempo. Poniendo la vista en el país de referencia en cuanto a Educación se refiere (Finlandia), los alumnos fineses sienten la escuela –literalmente- “como su casa”. Dicho sentimiento hace que los estudiantes cuiden de ella con el mismo cariño que su propia habitación, su casa… Así, en dicho país se refieren a “los espacios de trabajo” como cualquier espacio físico donde se pueda compartir conocimiento, no siendo en exclusiva las aulas; un concepto que en Singladura llevamos casi dos años trabajando esforzándonos en el diseño de aulas colaborativas.

De este modo se procuran espacios diáfanos y con dimensiones generosas (un promedio de 65 m2), y que los lugares previstos para el descanso gocen de las comodidades mínimas e inviten al estudio. En sintonía, los pasillos suelen ser de colores vivos, decorados en multitud de ocasiones por los propios alumnos, dejando su particular huella. Cada estancia dispone de un conjunto de muebles que favorece el estudio, con pupitres ideados para que todos interactúen con todos (incluido, obviamente el profesor).
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Mobiliario colorido y que -sobre todo- inviten a los niños a discutir entre ellos lo aprendido en «casa» (sí, en casa buscan la información y en clase la ponen en común; es el «aula invertida») |

Cada cosa en su lugar El orden es “mandatory”. Para conseguirlo, se educa a los niños en la importancia de disponer de todos los útiles de estudio perfectamente colocados en las estanterías. Sólo así se optimizarán los tiempos de estudio, se evitarán pérdidas inútiles de tiempo buscando herramientas de trabajo y el alumno aprovechará más eficientemente cada minuto.



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