El mes de
agosto es tiempo para el descanso, para el ocio. Desde Singladura te deseamos
un feliz verano y te ofrecemos las conferencias íntegras efectuadas en la I
Jornada de Expertos Educativos. A
continuación, Don Enrique Ullecia Rodríguez, Doctor en Pedagogía, MBA
por el IESE y orientador familiar, en “La
implicación de los Padres en la educación de sus hijos.
mi vida profesional he investigado qué han hecho los padres que tienen hijos
bien educados. Las instituciones educativas van a educar a nuestros hijos pero,
jamás, van a sustituir a las figuras paternas y maternas; y lo que no hagan las
familias no lo van a poder hacer los profesores. Para los padres, hay una
conexión entre la plenitud a la que van a llegar nuestros hijos y la plenitud a
la que nosotros (los padres) vamos a llegar. Los padres querremos que acaben
madurando como personas responsables y que sean capaces de dedicarse a tareas
en pro y beneficio de los demás. Por ello, la educación de los hijos lo he
querido conectar con el liderazgo; porque muchas veces he podido observar –en
mi propia carrera profesional- a directivos
cuyas dotes de liderazgo brillaban por su ausencia; y estas faltas de liderazgo
tenían conexión con la falta de formación que había tenido la familia. En
positivo, ¿qué disposiciones podemos desarrollar los padres para que nuestros
hijos alcancen altas tasas de liderazgo?
distinguir entre varios tipos de liderazgo. Hay un liderazgo estratégico:
personas altamente profesionales, con visión del negocio, con recursos
financieros. Luego, hay un liderazgo denominado interpersonal: esa capacidad
para relacionarse y comunicarse con nuestros semejantes. Pero hay un nivel más
personal de liderazgo que es el liderazgo –valga la redundancia- personal, y que
es la capacidad de autogobierno, de conducir nuestra propia vida con
independencia de las circunstancias que nos puedan rodear. Y este es el
liderazgo que nos interesa a los padres, porque tiene una estrecha relación con
la formación que dan las familias en casa. Esas competencias personales están
muy vinculadas con la formación del carácter. Porque el carácter es – al final-
lo que las personas son. Un buen carácter es cuando nuestros hijos conocen el
bien, saben qué es el bien y procuran practicarlo. ¿Hitler fue un líder? Sin
duda. Supo arrastrar a una nación entera con un proyecto. Pero, ¿es el mismo
liderazgo el que tuvo Hitler que el que tuvo, por ejemplo, Martin Luther King,
defendiendo la raza negra en Estados Unidos? Hay algo distinto entre ambos
liderazgos, y esa diferencia conecta con la persona y conecta con la ética.
Podemos afirmar que el liderazgo no es algo exclusivo de unos pocos
afortunados, sino que es algo que se educa; y que, principalmente, quienes lo educan son
los padres. Por ello, he decidido investigar aquellas familias que –aparentemente-
sus hijos tenían buenas profesiones, influyentes en sus entornos, con muchos
amigos… ¿Y qué encontré en estas familias? Después de investigar durante
mucho tiempo me salieron tres grupos bien diferenciados:
primero de ellos dio pistas de por qué habían sido educados de una manera
determinada. Un segundo grupo fueron los modos; y un tercer grupo, los
resultados que se habían obtenido. En realidad salía una cuarta categoría, y
que no eran más que los errores que habían convertido dichas familias. He de
decir también que nunca me encontré con una familia 100% ideal (porque no
existen), sino con familias que se han ido equivocando y aprendiendo de sus
errores.
comunes
a las causas de por qué estos padres educaron a sus hijos de estas formas, vislumbré
tres causas principales: un amor ilimitado hacia sus hijos. Esto es algo que
puede parecer evidente: que los padres amen a sus hijos; pero yo encontré en
esas familias un amor ilimitado de padres que supieron ir transformándolo en un
“amor dedicado”; y eso implica ya esfuerzo. Por otro lado, encontré en esas
familias unas fuertes convicciones religiosas, un sentido trascendente de la
propia existencia. Y creo que es -al final- una de las causas de cómo debemos
actuar. Esas familias, en la educación de sus hijos, los padres veían como una
visión importante el educar (bien) a los hijos. Y la tercera, una visión
realista, ya que cuando estos padres iban a las tutorías, veían que les tenían
que animar desde el Colegio.
unimos estas tres características: amor ilimitado, sentido trascendente de la
vida y una visión realista, nos encontramos con unos padres que han perseguido
la plenitud de sus hijos. La educación no llueve del cielo, hay que estar muy
pendiente y muchas veces hay que adelantarse a determinadas situaciones..
acciones que los padres desarrollaron hacia sus hijos, por un lado, y otras
acciones encaminadas a educarse a sí mismos. Los padres buscaban cómo dialogar
con ellos, cómo supieron conocer cada vez más sus virtudes y sus carencias.
También se preocuparon por buscarles el mejor entorno posible, especialmente
preocupados por los amigos de sus hijos. Y no menos importante para estas
familias fue la elección del colegio, que era un complemento a ese tipo de
educación que ellos querían impartir. Y estos padres participaban de manera
activa en la vida escolar de sus hijos. Por supuesto, también les preocupaba a
estos padres el tiempo libre de sus hijos, saber qué actividades deportivas y/o
culturales practicaban, etc.
aspecto de vital importancia fue comprobar cómo estos padres supieron conciliar
su vida familiar con su vida profesional, cómo procuraron mantener una
coherencia durante su existencia, en base a determinados valores. Entre otros,
una visión trascendente de la vida, la solidaridad y el servicio a los demás,
la austeridad, el optimismo, la magnanimidad y el orden.
padres sólo les orientaron, con una formación, con unos valores…Pero han sido
ellos los que, desde la libertad, han ido eligiendo.
importante, lógicamente, la unificación de criterios entre los progenitores
para llegar al consenso.
resultados saltaban a la vista, con personas equilibradas, amigos de sus
amigos, altamente profesionales y éticos. En estas familias destacaba el
sentido de una gran unidad familiar. Así, los hijos, en lugar de irse de casa
han sabido incorporar nuevos miembros (mujeres, nietos…)
lograr esto hay que tener en cuenta siempre a terceras personas en las
decisiones que cada cual tome en su vida, la importancia de este tipo de
motivación. Y es precisamente en la familia donde se adquieren las bases que van
a permitir desarrollar esta motivación trascendente, que permitirá que nuestros
hijos no sólo tengan en cuenta sus inquietudes económicas, sino también
inquietudes de mejora personal, y que tengan en consideración a las restante
personas con las que convivan.
resumir, los padres somos los primeros (y principales) formadores de líderes, y
los hijos son en realidad la primera oportunidad que nos brinda la vida de
comportarnos como líderes, y tener una mejora personal que permita esa
transmisión existencial de valores. Por último, la formación de las familias es
fundamental, bien a través de cursos específicos o mediante tutorías que puedan
ayudar a estas familias en el ambicioso proyecto de formación de líderes.