La falta de conocimiento llevó -durante décadas-a emplear materiales nocivos en la construcción. La uralita, comúnmente empleada en la construcción se ha dejado de utilizar debido a que uno de sus compuestos, el amianto, reunía ciertas cualidades non gratas: es cancerígeno además de ser un peligroso contaminante ambiental. La noticia salta al sector educativo después de comprobar que aún a día de hoy algunos colegios emplean encerados que -presumiblemente- podrían estar fabricados con este material.
La detección de estas pizarras -presuntamente contaminantes- se descubrió en unos colegios en el norte de España. La dirección del centro adquirió unas PDI y decidieron «encastrarlas» en medio del clásico encerado. Para ello, serraron la pizarra y descubrieron, al cortar, un polvo que pudo ser identificado como amianto, después de someterlo a un riguroso análisis, variedad crisotilo, es decir, no contaminante mientras no se efectuaran labores de lijado, perforación, etc. Obviamente, el equipo directivo optó de inmediato por la eliminación de ésta y de otras tantas pizarras antiguas con la finalidad de erradicar el más mínimo riesgo para la salud tanto de los alumnos como de los docentes.
A pesar de que las pizarras contenían una cantidad mínima de dicho material, entre un 10 y un 15%, y que era de la variedad crisotilo, es decir sólo contaminante en caso de ser manipulada (cortada, perforada, etc.), en paralelo, el Departamento de Educación ha enviado un comunicado a todos los colegios para anunciar el inminente lanzamiento de un Plan Renove de pizarras.