A las ya casi puertas del fin de otro curso más, los equipos directivos de los colegios comienzan sus reuniones para adivinar cómo aumentar la rentabilidad financiera del centro; y, en paralelo, su prestigio. En Singladura, como especialistas en mobiliario escolar y para colectividades, unido a nuestros 25 años de experiencia amueblando centenares de centros en toda España comprobamos de primera mano diversas prácticas –altamente interesantes- orientadas a aumentar la facturación ofreciendo servicios de alto valor añadido.
Para todos los colegios privados y concertados de España disponer de un mayor flujo de caja a través de operaciones rentables es la mayor de las quimeras. Qué –y cómo- hacer para conseguir ese ingreso extra es crucial; sin embargo, la respuesta la tenemos muchas veces en el propio colegio.
No resulta extraño comprobar cómo a la salida del colegio, en los minutos previos, se agolpan decenas de padres con la preceptiva merienda (en muchas ocasiones comprada 5 minutos antes en la tienda más próxima). Ahora bien, ¿por qué no convertirse el colegio mismo en el proveedor de meriendas de un buen número de alumnos? Cada vez más colegios ya están implantando máquinas expendedoras con fruta ya partida y envasada a diario, sándwiches naturales, zumos y/o lácteos. Por promedio, Colegios con 600 alumnos pueden ingresar con toda facilidad –netamente- entre 600 y 800€ al mes. Quienes ya ofrecen este servicio, y dando otra vuelta de tuerca, amplían en la máquina de autoservicio pequeño material escolar como lápices, gomas de borrar, cuadernos, etc.
En Singladura hemos visto otro tipo de acciones con una doble intención: por un lado, dar a conocer el centro y, por otro lado, ofrecer un servicio a la comunidad, al barrio donde se ubica. Una de ellas es abrir la biblioteca (y/o determinadas aulas) a ex alumnos y vecinos que necesitan de un espacio libre de ruidos para prepararse los exámenes de la universidad y dar el último empujón. En este sentido crece el número de colegios que decide abrir sus puertas a vecinos para que puedan aprovechar sus espacios. Aquí hay quienes establecen una pequeña cuota de acceso al Centro Educativo y otros que prefieren hacerlo de manera gratuita; según algunos gerentes tiene –incluso- mejor efecto que unas jornadas de puertas abiertas, donde ex alumnos vuelven de nuevo al centro y –probablemente- se decanten por él cuando tengan hijos.
Muchos gerentes de centros educativos están empezando a recuperar la figura del colegio como columna vertebral del barrio, tanto para clientes como para familias con hijos pero que no acuden al centro. Así, aunque de manera tímida, algunos colegios – con las AMPAS incluidas- están empezando a desarrollar ciclos de conferencias y talleres especializados para sus vecinos. Dichas acciones entregan un alto –e innegable- valor reputacional al centro, sirviendo para situar a éste en el centro del barrio y, a sus gerentes, como profesionales comprometidos tanto con la educación como con el vecindario.
Hace muchos años las actividades extraescolares suponían un auténtico filón para muchos colegios, ofreciendo actividades deportivas (judo, fútbol, baloncesto, etc.) y culturales dignas de mención. Sin embargo, con el devenir del tiempo muchas de éstas se ven asociadas como un “parking” de niños para que los padres dispongan de tiempo para ir a recogerles al final de la jornada laboral, optando muchas familias por buscar esas extraescolares en otros lugares (por precio o por calidad del servicio ofertado). Aquí es donde –nuevamente- el colegio tiene un excelente as en la manga, pudiendo ofrecer actividades extraescolares pero ligadas directamente con el proyecto pedagógico del centro o con la realidad social del barrio. No deberían ser iguales las actividades extraescolares en un colegio ubicado en una zona con un alto poder adquisitivo que en otra más degradada. Por eso, tanto unos como otros, pueden desarrollar dichas actividades ofreciendo un auténtico servicio de valor añadido, alineado con el proyecto educativo del centro; algo que, muy difícilmente, podrán llevar a cabo empresas de extraescolares ajenas a un Centro Escolar.
Otra actividad que está ganando una gran cantidad de adeptos entre los gerentes de muchos colegios –privados principalmente- es la de contar con un profesional de reconocido prestigio en su campo. Puede ser un deportista o un recocido científico que imparta –bajo el formato master class- un corto ciclo de conferencias con el que pueda atraer la atención no sólo de alumnos, ex alumnos y vecinos, sino también de los medios de comunicación que se hagan eco de dicho evento.
Un grato recuerdo
Un apartado donde los colegios están haciendo caja con un bonito recuerdo es diseñar camisetas donde, serigrafiado, va impreso el año de graduación del centro. En este sentido, otros colegios adoptan la versión más americana apostando por la clásica beisbolera cosiendo en las mangas el año en el que terminarán los estudios de ESO y el apellido/s en la parte posterior. Unos recuerdos muy bonitos que a buen seguro cualquier niño querré tener para su disfrute.
Así como la Administración aplica bonificaciones en el pago de determinado impuestos (pagar el IBI en varias tandas conlleva un descuento del 5% según CCAA), algunos colegios aplican esta misma teoría y aplican descuentos si las familias realizan el desembolso de todo el curso escolar de una sola vez: la familia desembolsa en septiembre todo el curso escolar con un descuento y el centro aumenta su tesorería en los momentos que más falta le haga.