En el desempeño profesional una faceta que nunca dejamos por alto es analizar y evaluar la satisfacción de los clientes. Nuestros 22 años amueblando colegios, presentando proyectos personalizados a medida, nos permite conocer de primera mano las necesidades de los docentes y equipos de titularidad en aras de alcanzar la excelencia en los resultados académicos del alumno. Y todo ello gracias -en parte- a la experiencia previa de más de medio siglo del Colegio Mirasol.
Aunque con nuestros 22 años nos consideramos una empresa joven, Singladura nació sin embargo al amparo del Colegio Mirasol, una entidad familiar que permitió a miles de niños a mediados del siglo XX obtener unos estudios secundarios y disfrutar del acceso a la Universidad, convirtiéndose años después en ingenieros y licenciados. De sus fundadores, D. Francisco Ortega y Margarita Martínez, recogieron el testigo sus hijos con el foco puesto en ofrecer soluciones educativas para el aula que permitieran resolver las inquietudes y las necesidades del sector.
La fisonomía de las aulas de hace medio siglo apenas tienen hoy ya cabida en ningún colegio.
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Al igual que Ortega y Gasset – de quien se decía no en vano que nació encima de una imprenta (literalmente, pues su padre y abuelo eran los dueños de El Imparcial, que editaban en la planta baja del piso donde vivió José Ortega y Gasset)- los hijos de los dueños del Colegio Mirasol vivieron en primera persona durante años el día a día del Centro Educativo y cómo la educación avanzaba y ésta debía evolucionar hacia nuevas formas donde el mobiliario dejara de ser un simple mueble, silla o pupitre.
De este modo, y en los últimos años, hemos asistido a una auténtica revolución tanto desde el punto de vista tecnológico -obviamente- como la aparición de las PDI y nuevas soluciones colaborativas de Promethean; como el desarrollo de nuevas aulas, pupitres y sillas que permiten una interacción entre alumnos-docentes.
Más de 50 años -toda una vida- ligados con los centros educativos. Una carrera de fondo que ha permitido erigirnos en el principal proveedor de mobiliario escolar, avalado por centenares de instituciones educativas que confían con fe ciega en lo que hoy llaman expertise y know how; que nosotros llamamos, simplemente, trabajo duro para ofrecer las mejores soluciones educativas a cada cliente, de manera completamente personalizada.
Así, a día de hoy, cada silla que vendemos, cada pizarra que instalamos no deja de ser fruto de la conjunción de esa masiva experiencia en la docencia. Y, en este sentido, más allá de cuestiones como el coste de un pupitre (el precio no deja de ser una característica más del producto) o el servicio postventa -una faceta muy valorada por nuestros clientes- en Singladura tenemos la certeza que nuestro mejor aval es la especialización en un sector en el que trabajamos y nos reciclamos constantemente, aportando nuevas soluciones para colegios; con presencia periódica en numerosos eventos y foros educativos.
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